¿Desde cuándo ve un bebé?

Te habrás preguntado en alguna ocasión cómo te ve tu bebé. Si te reconoce, te advierte en la distancia, ve tu sonrisa. Seguro que tienes una idea aproximada, por experiencia, de hasta qué punto se maneja tu niño con la vista. Pero vamos a ser un poco más precisos.

Lo primero que habría que decir es que, ya en la barriga, un bebé tiene vista, aunque “vea” más bien poco. Desde los 22 días de gestación comienza a desarrollarse este sentido y más adelante, antes incluso de la semana 20, los párpados ya se han abierto puede advertir la luz que se filtra desde la pared del útero.

Una vez en el exterior, tu niño seguirá sin tener una visión muy desarrollada en los primeros meses de vida. Su situación podría asimilarse a la de alguien con una miopía muy elevada: solo se perciben tamaños, formas y colores chillones y la cercanía de los objetos es fundamental para apreciarlos.

¿Hasta dónde ve un recién nacido?

Un recién nacido ve a entre 20 y 35 centímetros de distancia, lo que es menos de dos palmos. De ahí que cuando te acercas a tu bebé notes que trata de fijar su mirada en ti mientras que, a falta de objetos cerca, su vista se pierde en la nada. Tu cara y la teta con que lo amamantas son todo su mundo. De hecho, es recomendable afianzar esa relación y estimular la vista de tu pequeño manteniendo contacto visual en la lactancia.

Lo mismo sucede cuando le llegan colores chillones o se le acercan objetos como sonajeros. Verás cómo el pequeño se sobresalta: eso es porque está reconociéndolos de repente, pues no los ha visto llegar.

Entonces… ¿Cuándo me podrá ver mi bebé?

Está claro que, al nacer, tu criaturita no te ve tal cual eres, perfectamente delineada, pero a partir de los 15 días de vida ya te reconocerá por las formas y volúmenes que le presentas al acercártelo. Por no hablar del reconocimiento que tiene ya de tu olor, tu voz, tu presencia. Sigue leyendo y te contamos cómo evoluciona su vista hasta los 6 meses.

¿Qué ve un bebé de los tres a seis meses?

Se considera que en torno al medio año de vida, un bebé ya ha adquirido una agudeza y destreza visual muy desarrolladas. Aunque hay aún margen de mejora, se puede decir ya que el pequeño ve y ve bastante bien, con todas las habilidades asociadas. Por supuesto, te reconoce a la perfección y te observa, te advierte y te mira como una persona definida y especial, como la madre que eres. Ya te ve de lejos y te distingue sin ninguna duda de otras figuras.

Ya desde los dos o tres meses, su vista ha adquirido profundidad; distingue entre cerca y lejos. Los ojos se coordinan y ya no bizqueará cuando te acercas mucho. Es capaz de reaccionar al movimiento lejano, a la trayectoria de los objetos y sus manos, en coordinación con sus ojos, apuntan muy acertadamente hacia los objetos que quiere manipular.

Ya no ve solo volúmenes o los bordes de las caras y figuras humanas alrededor, sino que “pone cara” a todo lo que le rodea y distingue entre ello. Su vista tiene una gran sensibilidad a los colores. Mientras que, con pocas semanas de vida, su mundo es un poco en blanco y negro y sólo es capaz de ver los colores de tonos elevados, poco después empieza a distinguir los tonos pastel y otros colores apagados.

Ejercicios para estimular la vista de los bebés

Si quieres acompañar el desarrollo de tu bebé y disfrutar de las evoluciones de su vista, puedes tener en cuenta estos ejercicios de estimulación.

Utiliza juguetes: pelotas, peluches, sonajeros… Gracias a ellos, el bebé se irá familiarizando con distintas formas y volúmenes. Intenta que sean de colores intensos.
Juega con las manos: haz sombras y figuras cerca de tu niño. Os divertiréis y verás que al mismo tiempo presta atención a cada una de las formas que crees.
Muéstrale libros infantiles: así se irá habituando a los distintos colores que presentan estas fábulas ilustradas para niños muy pequeños. También puedes hacerle dibujos con rotuladores o lápices de colores.
Enséñale fotos: cuando su vista esté algo más desarrollada, el niño será capaz de distinguir entre las personas en las fotos e incluso reconocer a algunas.

En resumen, inventes lo que inventes, sin duda servirá de ayuda para que el peque vaya desarrollando la musculatura que controla el movimiento de los ojos y sus habilidades de motoras.